EL JUICIO SUSPENDIDO: un reto para la crítica arquitectónica
Por Verónica Rosero
Texto para "ENCUENTROS DE ARQUITECTURA III" bajo el tema "Las dimensiones del método"
Mayo 2018
"Today is much more an age of greed" dice Richard Rogers. ¿Será quizá la avaricia la que domina el panorama de nuestras ciudades? o ¿será la lujuria y los 'objetos del deseo' de las ciudades que habitamos, sostenidas por los medios de comunicación? ¿Acaso es el orgullo de un sistema narcisista, embelesado en su propia imagen? ¿Serán las envidas y controversias en los sistemas de premios y en la crítica que manipulan la producción arquitectónica? ¿Estamos impávidos ante la pereza que produce vivienda y espacios en términos cuantitativos más que cualitativos? ¿Qué sucede con el exceso en unos entornos a costa de otros? ¿y con el odio hacia ciertos contextos o movimientos?
En esta era de alta complejidad, el crítico y el proyectista debe suspender por un momento sus prejuicios y aprender... o incluso... desaprender.
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Texto para "ENCUENTROS DE ARQUITECTURA III" bajo el tema "Las dimensiones del método"
Mayo 2018
"Seven Deadly Glasses" por Kacper Hamilton
Las copas que
representan los siete pecados capitales fue la imagen utilizada en mi
presentación como analogía de la crítica y auto crítica de la arquitectura. El
juicio sensato y ético de la arquitectura, así como su producción, están
ligados necesariamente al conocimiento. Y así como el experto en juzgar la
bebida dentro de una copa de vino debe tener el bagaje necesario para no ser un
mero hedonista o un alcohólico, el arquitecto debe trabajar en su capacidad de
juzgar y auto juzgarse.
"Today is much more an age of greed" dice Richard Rogers. ¿Será quizá la avaricia la que domina el panorama de nuestras ciudades? o ¿será la lujuria y los 'objetos del deseo' de las ciudades que habitamos, sostenidas por los medios de comunicación? ¿Acaso es el orgullo de un sistema narcisista, embelesado en su propia imagen? ¿Serán las envidas y controversias en los sistemas de premios y en la crítica que manipulan la producción arquitectónica? ¿Estamos impávidos ante la pereza que produce vivienda y espacios en términos cuantitativos más que cualitativos? ¿Qué sucede con el exceso en unos entornos a costa de otros? ¿y con el odio hacia ciertos contextos o movimientos?
En esta era de alta complejidad, el crítico y el proyectista debe suspender por un momento sus prejuicios y aprender... o incluso... desaprender.
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El
concepto de ‘juicio suspendido’ ha sido determinante en mi carrera desde que lo
integré a mi forma de ver la arquitectura. El concepto parte de la idea
de ‘suspender’ los prejuicios propios para analizar los valores de lo juzgado
de manera más integral.
Si bien
la crítica arquitectónica integra historia, teoría, y juicio estético,
generalmente este último es el factor más dominante, y a veces el único, al
momento de emitir un criterio a pesar de su subjetividad: depende de los
paradigmas sobre lo que es bello, de construcciones culturales en tiempo y
espacio, así como de la sensibilidad y conocimientos de quien juzga. No
obstante, si tomamos en cuenta el actual clímax de culto a la imagen, aparece
la necesidad de plantear (¿nuevas?) formas de mirar.
En la década de 1970 el
concepto de juicio suspendido toma fuerza a través de una serie de textos escritos
por Denise Scott Brown como "Co- op City. Learning to like it "
sobre el masivo desarrollo de vivienda cooperativa en el Bronx. Su título
es especialmente sugerente: "aprendiendo a que te guste".
Esto implica un juicio en el que el objeto a priori no resulta
atractivo, pero que se convierte en reflexión mediante el ojo educado del
observador. En “Learning from Pop” sugiere observar atentamente la cultura de
masas y guardar la ira para los males sociales, mas no para los ‘gustos
populares’, donde la discrepancia debe realizarse sin el tono, comenta, de
los 'expertos injuriadores'.
Similar postura asume en “Learning from las Vegas” escrito junto a
Robert Venturi. En definitiva, nos enseña que los juicios apriorísticos son muy
peligrosos porque impulsan la
intolerancia en lugar de la observación reflexiva.
El juicio suspendido
asienta la tradición del arquitecto como pensador y observador, pone en crisis
nuestra manera de mirar las cosas y, fomenta el hábito del análisis imparcial,
sin juicios de valor velados por la arrogancia de la profesión. Pero, ¿existe
una táctica para liberarse de los prejuicios? ¿Cómo aprender, o incluso,
cómo desaprender? En el proceso de liberación la mirada no se limita a la
vista; comprender el trasfondo de lo observado implica el estudio de su
historia, la plena consciencia de su presente, sus aportes prospectivos, y no
observaciones meramente esteticistas. Si el juicio se reduce a la belleza, se
corre el peligro de convertir a la arquitectura en la materia prima no para el
disfrute del habitar, sino para la producción de seductoras publicaciones y la
promoción de egos.
El proceso por supuesto no
es sencillo; son necesarios la abstracción y una especie de indiferencia, como
la explicaba Marcel Duchamp al hablar sus readymades, donde hablaba de eliminar cualquier emoción estética. Su deliberado y aparentemente radical distanciamiento del arte
como disciplina lo liberó de los ideales de sus contemporáneos, cambiando los
paradigmas del arte. En arquitectura, este acto de distanciamiento otorga la
libertad necesaria para una redefinición de la disciplina de cara a las
existencias actuales.
En el siglo XXI, la firma
Lacaton & Vassal han incorporado también el concepto del juicio suspendido
a su trabajo. Lo recuperan de las reflexiones que Rem Koolhaas hiciera en la
década de 1980 en su confrontación con las realidades de una arquitectura que
se definía crítica y tendía a excluir, por lo que vio esa necesidad de confrontarse con la sociedad del consumo, por más alienante que
esta fuera. Para Lacaton & Vassal asumir el reto de dejar a un lado los
prejuicios resultó excepcional -y ‘constructivo’- en los resultados de la
reconfiguración de proyectos existentes, cuyos retos eran demasiado importantes
para ser eliminados, ignorados o tratados con arrogancia.
El juicio suspendido se
concibe finalmente como una ética de la percepción que amplía la capacidad de
acción de la arquitectura. No en vano para los Smithson incluso la mediocridad y trivialidad de la habitación eran una fuente
constante de asombro, inspiración y energía. Sin duda, suspender el juicio es una
experiencia fascinante, pero a la vez es un reto lleno de paradojas que te
someten al replanteamiento interminable de las propias preconcepciones.
Bibliografía
Cabanne, Pierre. Conversaciones
con Marcel Duchamp. Madrid: This Side Up, 2013.
Lacaton, Anne,
Philippe Vassal, y Frederic Druot. Plus. La vivienda colectiva. Territorio de excepción. Barcelona: Gustavo Gili,
2007.
Rosero, Verónica. Demolición:
el agujero negro de la modernidad. Madrid /Buenos Aires: Diseño Editorial,
2017.
Scott Brown, Denise. Aprendiendo
del Pop. . Barcelona: Gustavo Gili, 2007. Título original: "Learning
from Pop", publicado en Casabella,
1971.