Conversación con SANTIAGO CIRUGEDA a propósito de la BAQ XX

Por Verónica Rosero y Néstor Llorca

Publicado originalmente en METALOCUS


Fuente de la imagen: El País

En uno de los bares del Hotel Hilton Colón de Quito, donde se hospedan los ponentes magistrales de la XX Bienal Panamericana de Arquitectura, mantuvimos una larga conversación con Santiago Cirugeda, de la cual se ha transcrito aquí sólo una parte. Su personalidad es informal e irreverente, pero tiene un gran conocimiento de las leyes, además de una gran pasión por el quehacer arquitectónico.
No es la primera vez que Santiago Cirgueda visita Quito; estuvo ya como ponente en la BAQ hace pocos años. Confiesa que la XX edición le ha gustado más, sin embargo, se mostró duramente crítico con la temática, “aula útil” y las líneas que de esto se derivaron: la arquitectura social, los colectivos y la materialización de la arquitectura. (Ver también reseña crítica y conversación con Andrés Maragaño de Talca)


Verónica Rosero (V): ¿Cómo ves tú el enfoque que le han dado a la bienal? ¿Le están contando al público la película completa? ¿Le están enseñando una sola manera de hacer las cosas? 

Santiago Cirgueda (C): El tema me interesa muchísimo. Pero como enfoque se ve lo típico, no han tenido tiempo, no han tenido los recursos. Creo que es fallido en la medida que no se ha exigido. No han contado la verdad, no os piden que miréis más allá de lo que os dicen.  Deben dar unas exigencias mínimas si quieren que aquí se generen nuevas políticas educativas. Como se está dando la conferencia no van a cambiarlas. 
 
Néstor Llorca (N): Si buscas explicar el proceso completo, ¿cómo se deben presentar al público?, ¿cómo se puede implementar un modelo replicable, con  procesos que otros puedan entender? ¿Cómo puedes hacer de eso un instrumento que no quede en unos lindos valores amplios y ambiguos?

C: Contando la verdad del arquero, la que te cuentan con dos copas en el bar luego.  Lo que ahora cuentan delante del público es porque tienen miedo a que les repliquen, tiene miedo de que les copien. 

"Si yo no puedo decidir a dónde van los impuestos de apoyo, ¿por qué una empresa gorda puede? Porque posee muchas relaciones y millones."

V: Bueno. Ya les han copiado, ¿no?

C: Por supuesto.

V: Si haces un comparativo entre las imágenes que presentan varios de los ponentes hay una iconografía muy marcada. A veces no se puede reconocer a quién pertenecen. Es una especie de movimiento estilístico homogéneo.

C: Totalmente. Pero aparte del movimiento estilístico hay un símil importante. Lo que me inquieta es que hay un tío sevillano que está en Querétaro México y dice: vengo aquí para enterarme de tu proceso, para implementar ciertas cosas. Este estudio está patrocinado por la empresa privada. Él como sevillano, me mira mucho. Pero él no me cuenta historias: qué bonito los alumnos construyendo cosas de madera. Me habla del proyecto normativo de esa estructura, de cuánto dura realmente y cómo son temporales. A veces duran 3 meses, y hay que tirarlas. ¿Y quién financia? En muchos proyectos mexicanos el financiamiento es privado. Han olvidado la reciprocidad pública. Aquí lo que ocurre es que el patrocinio privado como base hace que se olvide lo público.

Es decir: “que lo público se administre como se administra y mis proyectos sociales los hago con lo privado”. El dinero de los impuestos de una nación va para unos administradores públicos que hemos votado democráticamente. Yo no me olvido. Pero hay tanta gente que dice: “pues que hagan ellos su política social,  yo voy a hacer la mía”. Pero yo pago impuestos, y mi madre, y mi padre, y mi prima. Yo a ti, administrador de los bienes públicos te exijo que la educación sea mejor, porque tú eres quien hace las leyes. No en privado, en lo público. Rural Studio (ponente de la BAQ) ha hablado de las donaciones de los proyectos…  pues bien Xavi, no te olvides de lo público. Eso es lo grave. Entonces ¿de qué estamos hablando? Lo mismo TALCA (ponente de la BAQ), nos está contando una pócima perdida. Deberían contar la verdad del arquero.

N: Eso genera un peligro: si no entiendes el proceso completo en el que sabes de dónde y hacia dónde van los recursos que usas en estos proyectos con un apego social, es muy probable que provoques que esas mismas actuaciones terminen ayudando a ese problema que querías solucionar en un principio.

C: Claro. Están facilitando. De hecho, hay ejemplos a bordo. Por ejemplo, en México se hablaba que una empresa puede decidir sus impuestos en la totalidad a donde van. Si yo no puedo decidir a dónde van los impuestos de apoyo, ¿por qué una empresa puede? y ¿por qué una empresa gorda puede? Porque posee muchas relaciones y millones.

N: Y se vuelve un círculo.

C: Se vuelve a su familia o a su gente, a sus intereses. Los que más producen dinero al final no dan solución. Se vuelven un ideal de que son los administradores públicos de los impuestos. Yo no quiero ese circuito malo. Y yo me encargaré de que al estado le vaya bien en lo que haga, denunciándole, manifestándome, o siendo ilegal.
"La pornografía social es el usuario."

V: Es curioso cómo se ha vuelto una obsesión la cuestión del presupuesto. Hay que conseguir dinero, “inversionistas” para la ejecución. Pero, ¿qué pasa con la reflexión? ¿Crees que hay un discurso anti académico” cuando se habla de aulas inútiles? 

C: Lo veo en los colectivos, más en Europa. Ahora viene Assemble (ponente de la BAQ). Son unos niños pijos.  Decían: “…nosotros estamos en la escuela, y de todo lo que hemos visto, esto está más divertido, nos parece muy happy…”

La 2da parte son los presupuestos. Yo he trabajado con y sin dinero porque me da la gana  y reivindico un dinero público, porque estamos gestionando unos bienes públicos. En el caso del Club House [1] para salud mental hay y una población de 150 personas que ya no va  a los centros públicos de salud mental. Estoy aligerando la carga de responsabilidad que tiene el estado. Se produce una mejora porque el proyecto y los mecanismos de reconstrucción son adaptados psiquiátricamente a esta gente, ellos van a consumir menos fármacos y menos recursos de lo público.

N: ¿Cómo puedes entonces evitar que esta tendencia actual no se vuelva un movimiento ligero?

C: Ves colectivos en Europa que se mantienen con fondos públicos, que trabajan con la sociedad,  pero no cuentan todo, y eso hay que decirlo en una conferencia. No cuentan que están trabajando con estudiantes en un barrio para musulmanes para luego hacer una fotografía, un truquito, la foto del negro feliz porque está en un columpio, o que están cobrando 200 mil euros por una plaza que costaría 35 mil, hecha con pallets, lo de siempre, con 4 arcos que están maltratados y no aguantan. ¿Eso no me lo cuenta o qué? Yo he investigado y no me cuentan que el negrito, el musulmán en conflicto se pelean, a uno le corta la oreja… han habido 3 muertos allí.

V: Hay una discusión que se tiene miedo de abordar: que el arquitecto no es capaz de solucionar problemas sociales. Las estructuras que provocan el racismo, la discriminación social, de género, la insalubridad, no las causa, y por tanto, no las soluciona la arquitectura. Menos aún cuando las obras son de temporalidad efímera. Esto compete a otras instancias. Con problemas sociales tan complejos ¿se está tomando el camino fácil? ¿Es necesario validar los procesos con la fotografía social?

C: A mí me da pena, hay una  pornografía tremenda. El gran fotógrafo de la gran obra escultórica que tenía que existir. Yo digo que Zaha Hadid y Foster fueron  necesarios en la historia contemporánea, eran una evidencia del momento económico que se vivía, de esplendor. Todas las revistas sacaban eso, una expresión de exageración,  con medios técnicos y económicos gigantescos. Ahora ocurre lo mismo con lo social y la pornografía social es el usuario.

N: Piensa en ese mecanismo, la réplica de una tendencia que se vuelve una escenografía. Si los estudiantes de hace una década se formaron con la idea de una arquitectura espectacular, los de ahora se influencian por lo social. Son otros mecanismos , otros puntos de partida, el discurso ha cambiado, pero el star system no. Todo el mundo quiere ser un poco estrella, buscan validación y presencia mediática. ¿Crees que ahora en algunos casos se ve en un discurso superficial y el resto se está maquillando con una escenografía que presenta lo que debería pasar y no la realidad?

 C: Es mi opinión absoluta.

N: Eso genera una disputa sobre la universidad y su estructura, y en ese discurso ligero ves estudiantes levantando paredes y no estudiantes generando arquitectura, resolviendo lo urgente, con perjuicio del nivel de intervención y la reflexión sobre la actividad.

C: Aquí (en Ecuador) la universidad tiene vinculación social obligatoria, en otros países existe esa vinculación como  constitutivo de la universidad, hay una responsabilidad social en alumnos y en las escuelas de arquitectura aun cuando son de padre y madre distintos. Es importante no solo la relación con la sociedad, sino la acción social de construir. Puedo tener un robot que levante una viga de 600 kilos o buscar 20 voluntarios, invitarles a unas cervezas y levantar esa viga entre todos, y esta gente disfruta del proceso, el robot no.

V: Lo que tú dices me recuerda en cierto modo a Constant y su Nueva Babilonia cuando habla de sustituir el homo faber (el ser humano que fabrica) por el homo ludens (el ser humano que juega). Hay un tinte lúdico en tu proceso, con una delgada línea entre ambos: están fabricando y a la vez jugando.   También veo rasgos de la Walking City de los Archigram. 

C: Ni  Archigram llegó a construir como  equipo, ni Constant llego a construir como persona como parte del grupo. En el catálogo de la exposición de Constant en Madrid, nos comparaban con él, nos han mencionado 3 veces. A mi editor, un tipo brillante, le da rabia el empoderamiento que le dan a Constant justamente cuando nunca se atrevió. Eran intelectuales románticos (junto con Guy Debord),  que conversaban y se emborrachaban y finalmente nunca se enfrentaron con el estado a nivel de ir a lo público  y reventarlo.
"Cuando cometemos una ilegalidad hay un trasfondo  de una función social sobre esa propiedad o esos recursos públicos. No hago una ilegalidad como los cabrones que la cometen para ser más ricos."

V: Pero es necesario. Piensa que aquí en Quito, sólo en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central, la pública, hay más de 1000 estudiantes. En pocos años querrán construir sí o sí, ejecutar su obra magnífica, cuando la ciudad está consolidada está deteriorada y saturada de construcciones.  ¿No será que una buena parte de esos estudiantes tiene que salir a “emborracharse”, a conversar, a pensar, a escribir libros, a hacer maquetas como  Constant?

C: Es absolutamente necesario, si no me halago con mi colega en mi casa, en la efervescencia de lo intelectual. Puedes producir con tornillos, maquetas, conocimiento y  libros. Eres un productor en otros ámbitos y te diviertes haciéndolo, luego ocurre que es más cómodo… cierto tipo de trabajo que no tiene que enfrentarse a ciertos agentes… estás con tus amigos,  tu grupo de poder haciendo pintura, poesía, política…

V: Son ámbitos de complejidades distintas.

N: ¿Cómo crees que debería funcionar la relación entre los procesos de la arquitectura y la óptica social ? 

C: Si tu estudias arquitectura  la situación te hace para construir o deconstruir y para ciertos temas debes saber la relación social. Habla con una trabajadora social y verás que los arquitectos somos súper agresivos al hacer entrevistas sociales. En España las trabajadoras sociales llevan años, conocen las relaciónes de las personas. A mí me encargaron 350 viviendas para este año, sabiendo que no puedo conocer a 350 familias. Planteé dividirlas por pequeños grupos, y si un edificio llegase a cuatro arquitectos, tienen que arreglarse y no lo consiguen. En la escuela de arquitectura si encargas un proyecto a 4 amigos, tampoco saben arreglarse.

En Uruguay, con Mujica, los proyectos de vivienda se hacen con equipos equipos técnicos en institutos técnicos, para hacer  vivienda social. Tienes que tener un documento público en el cual conste un economista,  un administrador, un abogado y un psicólogo social, porque entienden que ese modelo uruguayo funciona. Es uno de los mejores en el mundo, lo digo en serio. Esta repartición de conocimiento es fundamental, pero aquí pensamos que un arquitecto lo hace todo, es una hostia, hacemos la entrevista, me tomo la foto con la vieja y luego nos convencen que somos dioses.

V: Pasando a las cuestiones legales ¿Tienes muchas situaciones de denuncias?

C: Hemos cometido ilegalidades en la malversación de fondos públicos pero como no ha sido para beneficio personal sino para una red de colectivos que necesitaba una cosa. He cometido ilegalidades sobre ilegalidades previas, por ejemplo, corté una carretera con una excavadora y me han denunciado, pero la carretera era ilegal, o sea yo el roto una cosa que es ilegal. Cuando cometemos una ilegalidad hay un trasfondo  de una función social sobre esa propiedad o esos recursos públicos. No hago una ilegalidad como los cabrones que la cometen para ser más ricos.

V: ¿Sería algo así como “lo ético por encima de lo legal”?

C: Sí de hecho hay cosas qué son ilegales ahora y serán legales en 2 años. Por ejemplo, el voto de la mujer. Cuando lucharon por ello a muchas mujeres les partieron la cara, pero era ético que la mujer votase, pero hubieron muchas muertes y muchos hombres machacaron a las mujeres por querer votar.

N: Eso significa que para este tipo de acciones debes tener las cosas claras, entender cómo funciona la ley.

C: Mucho. Por eso demando que ciertos colectivos “guays” trabajan con gestión cultural y  cuando les preguntas si conocen sobre la ley de cultura que les ampara no tienen ni idea.

V: Hay un video de Recetas Urbanas donde el antropólogo Manuel Delgado dice: “… lo que a mí me gusta de Cirugeda  es que no tiene un modelo de ciudad…”. ¿No crees tú que los problemas de la ciudad se generan precisamente por la falta de modelos de ciudad?

C: Tanto él como yo sabemos de base que los sitios en los que actúo tienen un modelo de ciudad, un modelo normativo, un modelo de  sociedad y un modelo de consumo. Pero ese modelo es tremendamente económico, hay que ir a un anti modelo. Yo lo último que hago es pedir una licencia, no me interesa para ejecutar un proyecto.

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No fue fácil resumir y transcribir nuestro diálogo con Cirugeda. Cerramos la conversación después de más de una hora en la que debatimos, estuvimos de acuerdo con ciertas cuestiones, con otras no, pero sin duda fue una conversación enriquecedora. Concluimos diciéndole: “Tienes alma de abogado ¿Qué sería de ti si fueses abogado?”. Santiago sonríe… sabe que se mueve en una delgada línea entre la ilegalidad y legalidad ética. Caminamos hasta la Casa de la Cultura para mezclarnos entre el público que en ese momento se encontraba debatiendo sobre las ponencias del día. Sentados sobre pallets (lo mismo de siempre diría Santiago), el público seguía con un debate monotemático, reclamando la presencia de colegas con pensamientos alternos al suyo, con la seguridad de que TODOS deberían abordar de una u otra manera la misma temática (¿?). Santiago opinó ante el público algo que ya advirtió al principio de nuestra entrevista: “…así como están presentando las cosas, los objetivos que se plantean jamás se cumplirán. Hay que conocer profundamente las leyes y contar la verdad del arquero”. 



NOTAS
[1] Cirugeda sobre su proyecto: “Estaba trabajando el primer club house de salud mental que es un modelo alternativo que no nace en España ni mucho menos. Se está implementando ahora en Cuba, con un colectivo de España. Planteamos modos alternativos que han funcionado en otros países desde hace años. Le puse Torre Psiquiátrica; allí la gente vuelve a tener deseo sexual, vuelve a tener familia, vuelven a ser personas normalizadas, que es lo que quieren. No quieren estar enfermos, estar drogados, con depresiones, con indicios de suicidio. Ahora tú le planteas a la administración pública española que hay un grupo de 150 usuarios que quieren un modelo de sanidad distinta, y dicen: no. La sanidad pública española está bien, correcta, igual que la educación.”

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Santiago Cirugeda. Fuente: splusmagazine

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