ANTESALAS Y PERSPECTIVAS DE LA BAQ 2016. Una reseña histórico crítica.
Por Verónica Rosero
Publicado originalmente en METALOCUS. 12/12/2016. English version. Anterooms and perspectives of BAQ 2016. A historical-critcal review
Entrevistas complementarias a esta reseña: "Conversación con Andrés Maragaño" (Talca, Chile) y "Conversación con Santiago Cirugeda" (Recetas Urbanas, España) por Néstor Llorca y Verónica Rosero
En la Casa Cultura Benjamín Carrión CCE (Quito, Ecuador), donde se celebró la XX Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito, aún quedan vestigios de lo que fue la Conferencia Mundial de Desarrollo Sostenible y Vivienda de la ONU, Hábitat III. Esta referencia es necesaria para contextualizar y reseñar lo que fue la vigésima edición de la BAQ denominada “Aula Útil”. Adicionalmente a Hábitat III, alrededor de la BAQ 2016 orbitan, a mi criterio, otras cuestiones: el terremoto que enlutó a Ecuador en abril de este año, el comirsariado de la Bienal de Venecia por Alejandro Aravena y la reforma de las leyes de educación de Ecuador. Por tanto, la reseña se enmarca en un breve análisis histórico-crítico.
Hábitat III: la
antesala. Además de cierta ambientación física y las vallas
metálicas que aún cercan el espacio público de la CCE, queda el eco que dejaron
algunos grandes nombres y sus discursos; “las bibliografías” a quienes se lee o
se referencia, comentaba un amigo para explicar el calado de quienes vendrían.
El sector académico vivió con especial intensidad la experiencia. La gran
mayoría de las universidades locales suspendieron sus clases para celebrar
eventos paralelos y/o asistir a escuchar a Alejandro Aravena, Saskia Sassen,
David Harvey, Ada Colau, por nombrar a unos pocos entre un mar de
personalidades que fomentaron un debate sólido y multidisciplinar. Ciudades
inclusivas, compactas, resilientes, eran algunos de los adjetivos recurrentes en
torno a la discusión sobre la Nueva Agenda Urbana Global y los Objetivos del
Desarrollo Sostenible para el 2030. La resiliencia estuvo presente en varios
discursos como consecuencia de los desastres naturales que han alertado en este
año al mundo entero.
Un Pritzker en la post
catástrofe. Fue así como unos meses antes, el terremoto en zona
costera de Ecuador fue la excusa para la venida del Pritzker Shigeru Ban.
Tras varios intentos por parte de la BAQ de tenerlo como ponente magistral en
ediciones anteriores, Ban finalmente viaja a Ecuador para visitar las zonas
afectadas y dar una conferencia frente a miles de asistentes. Se reunió con
decanos y decanas de todas las facultades locales y se vinculó con un círculo
cerrado de profesionales cercanos al Colegio de Arquitectos para planificar
aportes y prototipos como respuesta a la catástrofe. Una visita histórica, más
que por los resultados, por su presencia mediática internacional y su capacidad
de convocatoria.
Un Pritzker en la
antesala. La lista de grandes nombres en la BAQ es amplia. No
obstante, me limitaré a recordar cómo en el 2006 se “anticipó” a invitar
al chileno Alejandro Aravena, actual Pritzker y comisario de la Bienal de
Venecia, “informando desde el frente”. En aquel entonces ya nos había cautivado
a estudiantes y profesionales con el libro de su edición “El lugar de la
arquitectura” y su proyecto “Elemental” en un seminario sobre vivienda para un
público reducido. Sin embargo, otros nombres sonaban más en aquel entonces. La
BAQ ha ido adquiriendo relevancia internacional, creando un público exigente
acostumbrado a ver a afamados personajes (recuerdo haber visto en
videoconferencia a Thom Mayne cuando esto aún no era habitual). En la edición
2014, por ejemplo, asistió Juhani Pallasmaa, quien firmó autógrafos por
doquier. Incluso arquitectos de modesta reputación en sus respectivos países
comentaron sentirse alagados firmando catálogos a cientos de estudiantes. La
BAQ ha sido, consciente o inconscientemente, artífice de posicionar a varios
personajes, algunos de ellos recurrentes en las últimas ediciones, lo cual es
lógico, tomando en cuenta que a diferencia de las bienales de otros países, la
BAQ lleva varias ediciones prácticamente bajo el mismo comisariado, con varios miembros
recurrentes que alternan entre ganadores y comisión académica[i].
Debido
a su posicionamiento, un público relativamente constante y en considerable
aumento (entre 1500 y 3000 asistentes en los últimos años) observaba esta vez,
un poco desanimado, nombres
no tan reconocibles. Pero la crítica hacia la falta de nombres más relevantes
es insulsa; la presencia de nombres menos sonados es un aspecto positivo,
tomando en cuenta que el propio sistema arquitectónico está en crisis, en
abierto rechazo a la figura espectacular, la fama, lo hegemónico, lo masculino[ii] el norte, para mirar
finalmente al Sur, con un decidor (aunque polémico[iii]) Pritzker sudamericano. Esto
provocó, por ejemplo, que por primera vez Ecuador tenga una representación
oficial en Venecia (colectivo Al BordE), y que “otras” arquitecturas además de
las hegemónicas[iv]
sean expuestas.
Las reformas a la
educación como catalizador del debate. En un contexto más
amplio, como se mencionó al inicio, es fundamental ligar esta crónica a las
recientes reformas de la ley de educación del Ecuador. Esta reforma ha afectado
a un altísimo porcentaje de docentes que al no poseer un título de cuarto nivel
tuvieron que abandonar drásticamente la academia. Esto ha dado como resultado
facultades de arquitectura que se han visto obligadas a sacrificar experiencia
por título, en una reforma radical y con escasa oportunidad de transición.
Esta situación ha generado respuestas reaccionarias y posturas polarizadas
donde se ataca con fundamentos escuetos en especial a las vertientes más
teóricas, más académicas y más ortodoxas.
Esto
significa que queda abierto el espacio (mediático) casi de manera
exclusiva a lo heterodoxo, a lo estrictamente pragmático, que paradójicamente
critica al sistema pero que ha creado uno nuevo, enmarcado en la “arquitectura
de colectivos”, “arquitectura social”, “arquitectura útil”, entre otras
etiquetas. Esta novel tendencia se ha ido afianzando en la BAQ, con pequeños
rasgos anticipatorios, esta vez más definido en un seminario monotemático donde
sus ponentes magistrales, sin excepción materializaban sus ideas/proyectos ya
sea con mano de obra de estudiantes o de residentes del lugar en el que
intervienen. Lo cuestionable (o cuestionado, según se mire), haciendo un sondeo
al público más crítico, fue que se echó de menos discursos menos ingenuos en
ciertas conferencias y en la mayoría de debates. Otros aspiraban ver “más
arquitectura y de mejor calidad” desde la perspectiva tradicional del
oficio.
¿Existen
aulas inútiles? Era la pregunta más sonada del discurso inaugural. La respuesta
fue afirmativa. Las reacciones a la respuesta fueron diversas y controvertidas.
Respuesta peligrosa finalmente, pues da lugar a interpretaciones reduccionistas
donde en especial el estudiante más joven asimila que todo aquello que no se
materializa puede ser declarado como inútil, como aquellas aulas que crean conciencia
histórico-crítica, que consolidan líneas de pensamiento, o que afianzan
procesos metodológicos sin necesidad de lo tangible, como las aulas orientadas
hacia lo científico-investigativo, también hoy parte de las exigencias de la
reforma a la educación superior. Es peligrosa también porque puede provocar una
pérdida de perspectiva, de análisis multi escalares donde el arquitecto poco
tiene que ver con las duras estructuras y sistemas políticos, económicos y
sociales que causan las desigualdades que no se solucionan con parches
proyectuales. La ciudad y el hábitat finalmente son parte de un sistema
tremendamente complejo con problemáticas urgentes por solucionar y olvidadas en
el discurso y quehacer de lo estrictamente práctico. Esa complejidad está
manifiesta en las temáticas de discusión de Hábitat III y los ODS para el
2030 y se palpa de manera dramática en las necesidades post catástrofe. He ahí
la importancia de hacer esta crítica en ese contexto.
Perspectivas y
conversaciones. La línea monotemática de la BAQ dejó
varias discusiones intensas sobre la mesa, lo cual es destacable, pues es
importante generar debate y superar posturas conciliadoras de simple
autovalidación. Fueron destacables otras ponencias laterales al seminario
principal que, alejadas del tema central, mostraron perspectivas de temas necesarios,
abordados con profundidad. Ese fue el caso de la charla de Víctor Pérez
Escolano (España) sobre la conservación y catalogación del movimiento moderno[v], o la de Stefano Storchi (Italia)
sobre la influencia del Premio Gubbio en América Latina y El Caribe. Para
finalizar invito a leer en los próximos días las conversaciones mantenidas con
dos de los personajes presentes en la BAQ 2016: Andrés Maragaño (Chile) con un
pensamiento muy sólido y claro y a Santiago Cirugeda (España) con una visión
crítica desde la experiencia. ¿Qué opinan sobre la línea monotemática de
la BAQ 2016? ¿Qué sucede si se cuestiona los valores altruistas[vi] de los colectivos
sociales? ¿Es obligatoria solo la praxis en las aulas, o es necesario conservar
las pausas que exige la academia para la reflexión? ¿Hay una nueva tendencia
estilística con iconografía propia? Estas y otras preguntas son respondidas por
ambos a su manera y desde posturas distintas.
Notas
[i] Ver
la historia de la BAQ en: http://baq-cae.ec/historia/.
Tom Wolfe lo describiría como un “culturburgo” (“eso es el mundo del arte, aproximadamente 10.000 almas -¡una aldea!-
que debemos considerar restringidas a los beaux mondes de ocho ciudades”)
[ii] La
BAQ presentó un coloquio sobre arquitectura y género. Algunas intervenciones
mostraron un marco general de la situación de la mujer en la arquitectura.
Otras no mostraron un verdadero conocimiento del tema lo que provocó un debate
algo ingenuo, lleno de clichés que refuerzan la construcción social que implica
el género donde se categoriza, por ejemplo, a las mujeres como sensibles y a
los hombres como lo contrario. El aporte
más interesante fue el de la socióloga Miriam Ernest porque enfatizó en los
temas estructurales de la problemática. En la apuesta por nuevas miradas sobre
lo “alterno” es fundamental no sólo ponencias y discusiones más sólidas, sino
visibilizar el trabajo de la mujer en las distintas esferas de la profesión,
por ejemplo, a través de una mayor presencia entre ponencias magistrales y
jurados.
[iii] Ver
en METALOCUS: “¿Dónde vas Pritzker? ¿Nobel
o novel? Enero 2016. http://www.metalocus.es/es/noticias/donde-vas-pritzker
[iv] Ver
en METALOCUS: “Bienal de Venecia, Orgía de Celebridades” Febrero de 2016. http://www.metalocus.es/es/noticias/bienal-de-venecia-orgia-de-celebridades
[v] Pérez
Escolano fue clave en una mesa de discusión en la UISEK sobre la conservación y
puesta en valor del patrimonio contemporáneo local que se ha visto afectado en
los últimos años por la falta de control historiográfico del movimiento moderno
ligada a una escueta y blanda legislación para su conservación. Esta
legislación blanda, el poder de la administración pública combinado con la falta
de conocimiento sobre el tema, coloca por encima de las preexistencias
arquitectónicas y urbanas a los
intereses inmobiliarios o a proyectos vacuos que responden a intereses
puntuales más que un concepto de ciudad. La mesa estuvo conformada por Víctor Pérez
Escolano, Stefano Storchi, Donn Holohan, Giuliano Pastorelli, Alvaro Puntoni y
Verónica Rosero.
[vi] Donn
Holohan (Irlanda) de la Universidad de Hong Kong cerró la BAQ con una postura
crítica frente a la arquitectura como profesión altruista: “La arquitectura ‘humanitaria’ no tiene un motivo puro: el arquitecto
no es principalmente un altruista. Una visión más polémica hoy es que el
arquitecto es inherentemente egoísta y quiere construir, crear - y que la
profesión de la arquitectura requiere este egoísmo. El arquitecto egoísta
beneficia a la sociedad, no en sus inclinaciones caritativas, sino en la lucha
por sobrevivir, crear arquitectura, restablecer su relevancia y tomar el
control, una vez más, del proceso de construcción. El valor del arquitecto no
es, quizás, ser una autoridad ética o moral, sino un practicante capaz de tomar
decisiones conectadas, conciliando los intereses de los individuos con los
objetivos de la sociedad. Si bien nuestra responsabilidad es aumentar el
compromiso con todos los aspectos del entorno construido, nuestras herramientas
son fundamentalmente materiales, espaciales y técnicas.”