CAFÉ ARQUITECTÓNICO: Construir un pensamiento a través del espacio
Texto para "Encuentro de Arquitectura" en +ARTE galería taller.*
A la derecha: Cafetera “Cupola” Aldo Rossi, para la marca Alessi. 1988.
"Siempre he creído que, en la vida como en la arquitectura,
si estamos mirando una cosa también estamos mirando algo más"
Aldo Rossi
René Magritte tenía 30 años cuando pintó su cuadro "Esto no es una pipa" en 1929. Y aunque lo que
pintó era una pipa, Magritte habría mentido si decía que lo era, porque el cuadro definitivamente no era
una pipa, solamente era una representación gráfica de ella. También Alfred Korzybski dijo en 1931 que
"El mapa no es el territorio", y estaba en lo cierto. Tanto Korzybski como Magritte (e incluso Rossi), sabían que la
percepción siempre intercede entre la realidad y nosotros mismos. Yo soy arquitecta, y te puedo
asegurar que el espacio en el que estás ahora mismo, no es arquitectura. No importa si estás en tu casa,
en tu oficina, o en un café. Aunque, si estás en un café (o te imaginas en uno), puedo explicarte el por
qué de mi aseveración. La palabra café según el contexto en el que la estás leyendo, habrá sido asociada
a un espacio arquitectónico. Sin embargo, desprovista de un contexto, presentaría una ambigüedad
extensional que requeriría ser aclarada: podría ser una planta, un grano, un color o una bebida.
"Ceci n'est pas une pipe". René Magritte, 1929
Si piensas en el café como bebida estimulante del sistema nervioso, encontrarás que la respuesta del
cerebro es, al mismo tiempo, simple y asombrosamente compleja. Cada bit de información que accede
al cerebro (olor, sabor, color, temperatura) se puede representar como una esfera central de la cual
podrían irradiar innumerables sensaciones. Si estas sensaciones son trasladas al Café como espacio, las
connotaciones son aún más ricas y complejas. Un Café es el sitio de encuentro urbano por excelencia,
tanto si es obra de manos anónimas, como si ha sido reconocida por la alta cultura arquitectónica o el
interiorismo de vanguardia. Desde hace siglos, el Café ha recreado sus arquetipos urbanos a través del
recorrido por estos cálidos lugares. El Café da escala a un espacio público de representatividad social, de
identidad urbana, es una puerta de la ciudad que permite acceder a un lugar confortable que invita al
intercambio. Ya sea como polo cultural o como condensador social, presenta una serie de invariantes
tangibles o intangibles que poseen un estrecho vínculo con la ciudad.
En el sentido arquitectónico de la palabra, un Café no es simplemente arquitectura: es una tipología
para los sentidos. La atmósfera interior otorgada por los símbolos que hacen a su imagen (como el
equipamiento, la iluminación, las texturas, los olores, la música) se impregnan en la memoria individual
a la vez que conforman paulatinamente una memoria colectiva. En la soledad puede ser un lugar de
relajación e inspiración. En compañía, puede ser un lugar donde puede anudarse un romance, pueden
entretejerse discusiones políticas y hondas cavilaciones en torno a la vida y la muerte, el amor y la
traición, el placer y el dolor. Piensa en el "café literario" y la producción explosiva de ideas que un simple
lugar con inclinación a la lectura y a la tertulia significó y significa para las más talentosas generaciones
de escritores, pensadores y pintores.
Le Café de nuit. Vincent van Gogh, 1888
Le Café de nuit. Recorrido 3D
Por eso, un Café no es un café, y el sitio en donde estás no es arquitectura, ó al menos, no es SÓLO
arquitectura. Por formación profesional, la arquitectura es en general entendida desde su naturaleza
física, sus cualidades formales, funcionales y estructurales. Se cae con frecuencia en el reduccionismo de
un análisis estético, descriptivo y de crónica. Se recurre con frecuencia a la referencia gráfica (el hojeo
revistero) y se omite la crítica y la reflexión, descontextualizando el objeto arquitectónico, produciendo
así soluciones genéricas en base a ideas formales que han sido cuidadosa, imperceptible y sutilmente
instauradas por los medios de comunicación en la cabeza del que diseña. Por tanto, entenderás ahora
que el espacio en el que te encuentras es la representación de una forma de habitar, una forma de
trabajar, una forma de vivir. Su contextualización determinará una serie de cuestiones que pasan por lo
cultural, lo social, lo político, y al profundizar descubrirás con asombro, cuántas teorías pueden derivar
del espacio que habitas.
"Nighthawks". Edward Hopper. 1942
Hay muchos quienes objetan ni inclinación teórica, y cada vez son más a medida que afianzo las bases
de mi pensamiento arquitectónico. No obstante, con cada artículo, con cada escrito, apuntalo con más
fuerza la idea de que para mí la arquitectura no es un fin, sino un medio. He encontrado en los últimos
años un gran vacío teórico-crítico en nuestro medio, una falta de autoestima local y la reproducción
vacua de ideas impuestas por las modas extranjeras. Me opongo rotundamente a la idea de que una
imagen vale más que mil palabras, porque la pérdida de la palabra, derivada de la ausencia de un
espíritu lector, tan solo lleva a copias viles de viciadas formas de habitar el espacio, la ciudad y el
territorio.
"Soir Bleu". Edward Hopper, 1914.
"Para nosotros un libro es como un pequeño edificio", decía Alison Smithson. Para mí, el "Café
Arquitectónico", el blog recopilatorio de varias de mis publicaciones en alusión al café literario, expone
la materialidad de la arquitectura como un acto incompleto que requiere ser interpretado y construido
desde varias perspectivas y a través de la discusión y reflexión. Desde la pintura, el comic, la literatura, el
cine, el teatro, así como temas sociales, políticos, de género, construyo paso a paso un discurso con el que
pretendo captar lectores que como yo, ven en el placer de la lectura y/o la escritura, la oportunidad de
hacer ciudades y espacios con sentido.
"Chop Suey". Edward Hopper. 1929.
Chop Suey Anachronism. Verónica Rosero. 2014. Lápices de color sobre canson.